Una denuncia por acoso laboral realizada hace unos meses por un trabajador contra un capataz del servicio de jardinería ha hecho estallar la bomba en Emulsa poniendo sobre la mesa, de manera paralela, una situación de acoso sexual ejercido por esa persona contra trabajadoras de la empresa, fundamentalmente eventuales. Un acoso reiterado en el tiempo –el presunto acosador lleva cerca de 20 años en la empresa municipal de limpiezas– y que, según explican fuentes del colectivo de trabajadores, era conocido por los mandos, que nunca han tomado ninguna determinación contra él. Ni activado los protocolos que tiene la empresa para este tipo de situaciones
El presidente de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente (Emulsa), el socialista Olmo Ron, ha convocado un consejo de administración para mañana por la tarde. Solo hay un punto en el orden del día con la referencia “información de personal”. Sin más datos, pero el asunto tiene relación directa con la toma de decisiones sobre este caso. Decisiones que pueden alcanzar a lo más alto de la dirección de la empresa, ya que se está barajando el despido del actual gerente.
Alfonso Baragaño asumió el cargo en 2019 tras la jubilación de Pilar Vázquez. Uno de sus méritos para el puesto era su amplio conocimiento de la empresa, a la que llevaba ligado ya más de quince años. En el momento de su nombramiento como gerente era el responsable de la jefatura del área Económico-Financiera y de Planificación y Control.
Antes de llegar al consejo de administración, el asunto ha ido dando vueltas por la dirección de la empresa y terminó siendo motivo de una reunión, solicitada por UGT, con el equipo de gobierno para ponerles al día del problema en vista de que desde la gerencia de Emulsa no se tomaron cartas en el asunto. No hay ninguna denuncia formalizada contra el capataz por acoso sexual pero, según cuentan desde la plantilla, eran reiteradas las situaciones de comentarios de índole sexual y tocamientos a subordinadas en un marco de intimidación. Situaciones, explican, que afectaron a varias mujeres, que han sido continuadas en el tiempo y que en ocasiones se hicieron a la vista de mandos de la empresa. Nadie tomó ninguna medida.
Al capataz no solo se le achaca acciones de acoso sexual también de acoso laboral. Y fue por este segundo motivo por el que un trabajador presentó una denuncia ante la dirección de la empresa hace unos meses. Una denuncia donde también se informó del acoso sexual a compañeras. UGT ejerció labores de asesoramiento de ese trabajador y exigió la implicación de Inspección de trabajo ante la falta de resolución por parte de la empresa. La resolución que se le dio finalmente un trato inadecuado pero no acoso.
En todo caso, el proceso dio lugar a una investigación y la presentación ante Inspección de Trabajo de dos documentos. En uno de ellos, indican fuentes internas, se constató la existencia de acoso sexual por parte de esa capataz a eventuales trabajadoras. Una condición, esa eventualidad, que ha frenado que muchas de ellas hayan querido denunciar. Igual que compañeras fijas han exigido el anonimato para dar su testimonio.
Emulsa no solo tiene un Plan de Igualdad como muestra de su compromiso, sino que, en su memoria de gestión, presume de un Distintivo de Igualdad en la Empresa concedida por el Gobierno de España y de la Marca de Excelencia en la Igualdad del Principado. Sobre una media de 700 trabajadores al año, el 43% son mujeres.