COMAYAGUA. El pasado fin de semana y en las instalaciones del centro de día, los oficiales retirados, alrededor de unos 360 veteranos de guerra, entre oficiales y tropa, se recuperaron con el propósito de salir al paso con algunas supuestas informaciones, sobre actos de corrupción de la junta directiva de esta asociación.
Otros miembros de la junta directiva, como el presidente del Comando I, sargento primero Vitolio Carías, dijo que están dispuestos a que los entes contralores, los investigan, pues el comando que posee, es la mayor parte de afiliados, en Tegucigalpa y de otros sectores del país.
Los veteranos de guerra esperamos sobre el modesto incremento salarial y el goce del décimo tercer mes y décimo cuarto mes de aguinaldo para 2023, adicional a esto, que haya una ley para que tengamos Seguro Social a excepción los que tienen Hospital Militar e INJUPEMP.
Entre algunos conocidos estaban el sargento Jorge Recarte, Mario Zelaya, Saúl Zelaya, el coronel Andrés Almendárez, coronel (r) Pascual Ponce.
Así como el teniente (r) Juan Almendares, el coronel (r) Burgos Moya, el coronel (r) Absalón López Mendoza, el veterano León Gómez, entre otros.
El veterano Jorge Guillén Pacheco, llegó en silla de ruedas, pues estuvo 21 días en el Hospital Escuela por la diabetes, que en un 95% padecen hipertensión, cáncer de próstata, afectaciones de la vista y una serie de enfermedades que en un 40 % se percibieron en el conflicto bélico de Mocaron, en 1957, contra Nicaragua y de 1967 a 1969 peleando contra la Guardia Nacional Salvadoreña.
El veterano Olivio Paz Hernández, manifestó que afrontó con hidalguía en el sur, así como lo hizo el entonces alcalde Policarpo Paz García, Matías Hernández, el teniente Alexis Alanis Lagos, en Ocotepeque y sobresalen los miembros del Primer Batallón de Infantería y los miembros de la cuarta zona militar que defendieron con la primera zona el TOS y TOE, desde 1967.
En donde aparecieron dos compañeros Gregorio Pineda y Bladimir Solórzano, pues un guardia nacional se hizo el muerto y los asesinó en el río Torola, en la hacienda de Dolores, cuando secuestraron al hacendado Antonio Martínez Argueta.
La reunión surgió unas 5 horas y llegaron algunas viudas y esposas de los combatientes, ahora solo esperan la promesa del diputado, Rasel Tomé y de “Mel” Zelaya, quien empezó pagando mil lempiras a los veteranos de guerra. (SZM)