Pese a que mucho se habla de este tema hoy en día y cada vez más expertos dan sus consejos sobre cómo lograr un buen manejo de las finanzas, ya sea a nivel personal o familiar, alcanzar este meta no es tan fácil como se ve en el papel, ya que exige mucho compromiso y dedicación y aún algunas personas no tienen el camino cierto.
Tener una salud financiera equilibrada puede convertirse en una tarea compleja si no se cuenta con la información y las herramientas idóneas, y esto hace que muchos desisten de estos nuevos hábitos. Simplemente, cumplir objetivos como ahorrar o cambiar los gastos a lo estrictamente necesario son dos de las principales causas del fracaso en esta lucha por una mejor economía.
En entrevista con SEMANA, el escritor del libro ‘La arquitectura del dinero’, Alejandro Quiñones, aseguró que el secreto para obtener buenos resultados y no desistir en la búsqueda de este sueño está en la organización. Así mismo, este experto entregó una serie de siete recomendaciones que, seguidas paso a paso, pueden funcionar.
Lo primero es tener una mentalidad financiera: fortalecer la vida financiera es el primer paso para alcanzar el éxito económico personal. Para esto, Alejandro explica que la importancia está en identificar en qué lugar se está en cuanto a la relación con el dinero, para tomar acciones desde ahí y de esta forma saber qué hábitos deben ser corregidos.
“Si hacemos cambios importantes con el manejo del dinero, desterrando los limitantes que tenemos, incluso desde niños, se tendrá una mentalidad financiera”, asegura Quiñones.
En segundo lugar, se debe contar con un manejo adecuado de los gastos. En este punto hay que tener presente que actualmente hay dos tipos de gastos: fijos y variables. La mayoría de personas tienen relación con el primero, pero el 50 % de los ingresos se va en esos gastos que nadie se da cuenta: el café diario, gastos mínimos que, cuando se repiten al mes, se pueden convertir en un monto grande. Es fundamental mantener una relación detallada de estos para controlar los flujos.
“El tercer paso es incrementar los ingresos cada periodo de tiempo. Para esto hay que crear y preparar estrategias que permitan ir aumentando los ingresos, entre un 5 o 10 %, cada 3 o 4 meses, aproximadamente. La solución está en dos posibilidades: obtener un ingreso alto para tener capacidad de ahorro o encontrar un vehículo que permita expandir el capital en el tiempo”, explicó este experto.
Como cuarto paso, Alejandro Quiñones señaló que se debe trabajar en crear un hábito de ahorro, tarea en la que se debe pensar como empresa “haga cierres a final de mes y entienda que la forma adecuada de administrar el dinero es a través de apartados o partidas. Tenga en cuenta que un viaje no debe implicar deuda, sino el gasto de un punto de partida que se empezó hace un año y en función a eso le dio para vacacionar”.
“También hay que tener ciertos y controlados los pasivos y deudas. La pregunta no es si te endeudas o no. La pregunta es: ¿Quién paga la deuda? Mucha gente, lamentablemente, usa la tarjeta de crédito para hacer gastos, comprar ropa o el carro, y van cavando un hoyo que se va haciendo muy grande. La meta no es que no podamos utilizar la deuda, sino usarla de manera inteligente”, dijo este analista de mercados.
El sexto paso es crear y adquirir activos, teniendo en cierto que cuando se habla de esto, no crear solo se hace referencia a un inmueble o un apartamento, sino de crear una marca personal que le permita a la persona confianza en el mercado, incluso vivir de ella. Originar un activo hoy, cuando existen tantas herramientas en el mercado online, permite tener y fortalecer una marca que más allá va de generar un activo.
“Por último, se debe contar con un vehículo de inversión, ya que si una persona cuenta con un activo que le genere rendimientos a largo plazo, le permitirá expandir ese capital en el tiempo de forma inteligente”, concluyó Quiñones en entrevista con SEMANA.
Para este analista, la clave para lograr unas finanzas personales óptimas radica en saber usar el dinero y entender que hay que ponerlo a trabajar para uno y no caer en el círculo vicioso de aquellos que trabajan y viven en función de él, como pasa por ejemplo con aquellos trabajadores asalariados que una vez recibieron su salario, se dedican a pagar deudas y después de eso esperan el próximo pago.