El final del verano nos trae de vuelta la campaña de pensiones de cada año. Aunque deberíamos ahorrar e invertir para nuestra jubilación durante todo el ejercicio, lo cierto es que el último trimestre es cuando más nos acordamos y nos preocupamos por el dinero que vamos a tener cuando dejemos de trabajar.
¿El motivo? La mayoría de las entidades financieras concentran sus campañas comerciales de aportaciones y, principalmente, de traspasos de planes de pensiones después del verano porque es cuando recordamos que se nos el plazo para poder aportar y acaba de aplicarnos la posterior deducción fiscal al hacer la declaración de la renta el año que viene.
Esto se explica por nuestro propio comportamiento como seres humanos: solemos procrastinar y dejar muchas cosas, especialmente lo que tiene que ver con un objetivo a futuro, como es el dia de nuestra jubilacion, para más adelante. De hecho, históricamente, diciembre ha sido el mes por excelencia en el que los españoles más han aportado a su plan de pensiones y esto, en periodos largos -20 años- supone entre un 1 y un 2% menos de rentabilidad.
Y esto ha pasado porque solíamos priorizar y pensar antes en la fiscalidad que en el objetivo y el principal motivo de nuestra inversión: poder vivir la jubilacion que queremos. Aunque la fiscalidad es un aspecto importante a tener en cuenta -los impuestos que pagamos reduciendo la rentabilidad final de nuestras inversiones-, nunca debería ser el motivo principal por el que invertir en un producto financiero determinado.
¿En qué debemos fijarnos ahora al pensar en nuestra jubilación?
2022 sigue siendo un año de cambios respecto a lo que podemos aportar y deducirnos en nuestros planes de pensiones. Los 8.000 euros del sistema individual se han quedado ya lejanos y, para este jercicio, tal y como se siguió en los Presupuestos Generales, la cantidad máxima que podemos aportar y sobre la que nos vamos a poder deducir en los planes de pensiones del sistema individual es de 1.500 euros.
Por otro lado, lo que se elevó en los Presupuestos de 2021 y que sigue vigente es la cuantía máxima que se puede aportar a los planes pensiones de empleo, es decir, lo que las empresas aportan para sus trabajadores. Así, este año, el trabajador puede aportar un máximo de 8.500 euros al plan de empresa, que se sumarían a los 1.500 que podemos aportar al individuo, de forma que el total sean 10.000 euros.
¿Cuánto nos vamos a poder deducir el año que viene al hacer la declaración de la renta? Por ejemplo, si tenemos en cuenta la escala estatal y que no nos podemos aplicar otra deducción, con un tipo marginal del 19% y aportando 1.500 euros al año, Hacienda nos va a devolver 285 euros. Si tenemos un tipo del 47%, con la misma aportación, la devolución sería de 705 euros.
¿Y si solo aportamos al plan de pensiones del cónyuge? El límite anual está en 1.000 euros si este no tiene rentas de trabajo o de otras actividades económicas superiores a 8.000 euros anuales.
¿Y si tenemos un familiar con discapacidad? Debemos saber que los contribuyentes con discapacidad tienen la posibilidad de llegar hasta los 24.250 euros anuales y sus familiares, 10.000 por cada uno. Eso sí, el total de todos no puede exceder los 24.250 euros
¿Y si vamos a rescatar nuestro plan de pensiones? La fiscalidad en el rescate no cambia, pero tenemos que recordar que hay una deducción del 40% al rescatar las aportaciones anteriores al año 2006 siempre que el rescate se haga en forma de capital, es decir, al rescatar todos nuestros derechos consolidados de golpe. ¿La clave? Hay unos límites temporales: los que se jubilaron a partir de 2015 tienen el año de jubilación en curso y los dos posteriores para poder aplicar la deducción y los que se jubilaron entre 2011 y 2014 pueden hacerlo en el año en el que se jubilan y en los ocho ejercicios siguientes . Por esto, 2022 es el último año para que los que se jubilaron en 2020 y en 2014 puedan rescatar su plan con esta reducción del 40%.
Además de lo que nos afecta por el lado de la fiscalidad y lo que podemos aportar, estamos en un momento de cambios. con la primera parte de la reforma de las pensiones aprobada, el foco está ahora en la segunda parte y las negociaciones entre el gobierno y los agentes sociales siguen abiertas. ¿El debate? Los principales flecos estan en si se subirá las bases máximas de cotización y el periodo de cómputo para calcular la pensión pública de la Seguridad Social.
¿Qué podemos hacer nosotros en este entorno?
Como estamos viendo, la fiscalidad y lo que podemos aportar a planes de pensiones cambia y la ley, también. Por eso, ocuparnos de lo que está en nuestra mano y sobre lo que sí podemos influir es fundamental para tener el plan de inversión y la estrategia que necesitamos para nuestra jubilación.
Comprender que la jubilación es mucho más que un plan de pensiones es el primer paso para pensar, primero, en nuestro proyecto biográficoen qué queremos hacer cuando dejemos de trabajar y, después, en cómo tenemos que poner a trabajar nuestro dinero para poder cumplir nuestros objetivos.