La relación entre las estrategias de inversión y los sistemas públicos de pensiones cada vez es más estrecha debido a que el principal objetivo de muchos inversores al diseñar sus carteras es acumular capital para mantener su poder adquisitivo en la jubilación.
Esta relacion hace que en los países con sistemas públicos de pensiones menos generosos los inversores asuman más riesgo al invertir, sobre todo al principio de sus carreras profesionales.
Estos inversores “tienden a crear por defecto carteras más agresivas, con una mayor ponderación de la renta variable y una menor exposición a la renta fija y al efectivo“, señala Matias Möttölä, director del equipo de análisis de Morningstar.
Ocurre lo contrario en países con sistemas de pensiones más generosos como en Españadonde la tasa de sustitución -cociente entre la pensión pública y el último salario- del 80,1 por ciento es muy superior a la media del 62 por ciento de la OCDE y la del 54 por ciento del total de la UE.
En estos países, que además suelen estar respaldados por una asistencia sanitaria universal y una red de seguridad social completa, los inversores son mas conservadores y asumen un menor riesgo al dar menor relevancia a la renta variable en sus carteras.
“No siento una gran necesidad de soportar la volatilidad del mercado”, asegura Matias Möttölä.
españa vs EEUU
Dos ejemplos de ambas estrategias inversoras dependiendo del sistema de pensiones del país son España y los Estados Unidos.
Los Los inversores españoles optan, en general, por carteras más conservadoras. Su atractivo por la renta variable es menor y confían más en depósitos, fondos de inversión, planes de pensiones y seguros para salvaguardar sus activos.
Los depósitos son el producto preferido por los españoles, ya que el 72 por ciento apuesta por ellos para rentabilizar sus ahorros.
El capital invertido en depósitos en España se situó en 1.312 billones de euros en septiembrelo que supone un aumento del 5,59 por ciento en comparación con un año antes, según datos del Banco de España.
Ocurre lo contrario con los inversores estadounidenses que, de media, diseñan sus carteras con un 60 por ciento de inversiones en renta variable y un 40 por ciento en renta fija como punto de partida.
“Son los inversores que mejor preparados están para asumir los riesgos de mercado”, indica Möttölä. Lo atribuye a que depende “menos del apoyo gubernamental y más del ahorro personal para los principales hitos y gastos de la vida, como la universidad, la asistencia sanitaria y la jubilación”.
Arriesgarse para cumplir objetivos
Para cumplir estos objetivos, los estadounidenses buscan la revalorizacion del mercado. Incluso después de la deriva hacia el efectivo producido durante la pandemia, siguen asignando menos parte de sus carteras al efectivo que la mayoría de los inversores de otros mercados.
Unos de los principales destinos de su inversión son los fondos de inversión y los fondos cotizados. Recurren a ellos en mayor medida que los ahorradores de otros mercados. La inversión directa en valores también es una de sus favoritas.
Inmobiliario, una inversión común
La inversión en el sector inmobiliario desempeña un papel importante en las finanzas personales de gran parte de los países, independientemente de su sistema de pensiones.
“Suele constituyen la mayor parte del patrimonio de activos no financieros y es la principal razón por la que los inversores se endeudan de forma significativa, especialmente en mercados muy endeudados”, indica Matias Möttölä.