Las personas suelen comenzar el año con estrés financiero, pues según un estudio de la Asociación Americana de psicología, el dinero es una de las principales causas de estrés de las personas. Esto, en medida cierta, por la falta de planeación financiera.
Es por esto, que tanto entidades como expertos, recomiendan hacer un presupuesto para todo el año. Según Scotiabank Colpatria, esto ayuda para organizar los gastos personales y familiares, evitando gastar de más, llevando un control detallado que facilite los pagos mensuales y evite los problemas de dinero.
Además, el banco asegura que es clave establecer un presupuesto en el que sea posible organizar las cuentas para poder priorizar gastos y fijar objetivos, así como saber cuánto dinero se recibe para que el dinero sea suficiente durante cada mes.
Sumado a esto, tener conocimiento de a donde será destinado el dinero para definir preferente son los gastos necesarios y los que no, junto con la definición de metas para determinar preferente son a corto y largo plazo y de esta forma ajustar el ahorro con estos tiempos , permitirán que el presupuesto sea todo un éxito.
Teniendo en cuenta esto, los expertos recomiendan que, “se presupueste el 10% de ahorro de mediano y largo plazo y otro 10% para imprevistos, que busque cómo optimizar la parte tributaria, y lo más importante, que tenga en el radar probable son sus gastos hormiga”, asegura Catalina Tobón, gerente de Estrategia de Inversión en Skandia.
Pensando en esto es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones de entidades y expertos para poder desarrollar un presupuesto o una planeación financiera para 2023 de acuerdo a sus necesidades.
Primero, es clave establecer las metas financieras. Definir que es lo que se quiere lograr a largo, mediano y corto plazo permitirá sentar base de los objetivos para iniciar con el presupuesto. Esto, porque según Bbva, “las metas a largo plazo suponen un plan más estratégico, ya que son económicamente más ambiciosas y requieren un esfuerzo de ahorro durante más de un año”.
El banco destaca que, un ejemplo de ello, sería la compra de vivienda, una diferencia de meta a corto plazo, que sería más en un período de un año, como las vacaciones anuales.
Un segundo paso, estaría encaminado a establecer los costos fijos. Este punto es importante porque hay que tener cierto “cuáles van a ser esos costos fijos y cuánto van a subir teniendo en cuenta una inflación del 13% este año y así garantizar que esos temas estén cubiertos”, completa Tobón.
Luego, como tercer paso, Tobón asegura que es importante “asignar un porcentaje para las metas de corto plazo, otro para las metas de mediano plazo y recordar que hay que provisionar el pago de impuestos y los imprevistos que nunca fallan”.
Frente a esto, Bbva dice que los ingresos ocuparon el foco del presupuesto, ya que son los que determinan la capacidad de gasto y el alcance de las metas, por ello deben dividirse entre ingresos frecuentes y extemporáneos.
Al igual que la segmentación de los gastos, en donde el banco asegura que deben dividirse entre, gastos fijos imprescindibles, como los pagos de hipoteca, suministros básicos de vivienda, servicios públicos, entre otros; los gastos necesarios como los alimentos y los gastos prescindibles, como los viajes, compras necesarias u ocio.
Por otro lado, Tobón destaca que hay personas que hacen un balance financiero y comparan el cierre del año anterior con lo que quieren para el nuevo año. Este balance es lo que tiene la persona y lo que debe, es decir, el patrimonio, los activos y los pasivos, con el objetivo de que cada año el patrimonio vaya creciendo y que la proporción del pasivo o deuda vaya en decrecimiento.
Otros expertos recomiendan también hacer una bitácora financiera donde se lleve el ingreso y los gastos diarios, ya que esta “es la primera señal para darse cuenta sí los ingresos se dan en el mismo periodo de los gastos”, afirma Diego Palencia, vicepresidente de investigación y estrategia de Solidus Capital.
El experto asegura que dicha bitácora, debe estar separada en segmentos de gastos como transporte, alimentación, salud y bienestar, educación, cuidado personal, arrendamiento, cuotas bancarías y otros gastos. Esto, con el fin de determinar los ciclos de ingresos y egresos.
Luego, con la información recolectada de uno o tres meses, se deben establecer límites en los gastos y egresos, y seis meses después, “debe existir superávit o más ingresos que costos para dar inicio a la fase de planeación financiera, la segunda de ahorro e inversión”, completa Palencia.
Por ello, es recomendable que para iniciar el año con un buen propósito financiero, se tengan en cuenta estos puntos, teniendo así las finanzas más organizadas y que no lo tomen por sorpresa aspectos difíciles de controlar como la inflación.