No hay quien abra. Sin bedeles, por la falta de plantilla y los problemas con la oposición paralizada para presunta filtración del examen, los más de 150 alumnos de los talleres de artes plásticas del Ayuntamiento de León se encuentran la mitad de los días en la calle. Desde el comienzo del curso, a finales de septiembre, apenas han podido ir a clase uno de cada dos días. Pese a que los profesores están listos y las solicitudes de matrícula desbordan las plazas, no se cuenta personal para poder dar asistencia a las suficientes dependencias municipales de la plaza Mayor, conoce de manera popular como el edificio Mirador o de la Gota de Leche, donde se imparten los talleres de cerámica y modelado, dibujo y pintura, restauración de bienes culturales y reposteros textiles.
El quinto de los cursos que estaba en cartel en el taller de artes plásticas, dedicado a la vidriera artística, ni siquiera se da ya porque la profesora se jubiló y no han contratado a nadie, pese a que había cinco turnos. Pero para los otros cuatro tampoco hay suficiente personal que abra las instalaciones y esté pendiente de cerrarlas, de lunes a viernes, de 09.00 a 13.30 y de 16.30 a 19.30 horas, cuando acaba el último de los turnos, debido a la falta de planificación de la Concejalía Acción y Promoción Cultural y Servicio de Turismo y Fiesta, dirigida por Evelia Fernández.
La falta hace que, desde que obtendrán las clases, los más de 150 alumnos se encuentran con que, con apenas un aviso, en casos en el mismo día, los propios profesores les adviertan de que no habrá clase porque el Ayuntamiento de León no tiene bedeles que abran y cierren las instalaciones. No hay sido una excepción, como recalcan los afectados, que temen que se convierta en una costumbre.
El incumplimiento afecta a unos talleres formativos que tienen un coste para los alumnos. Los inscritos deben abonar una matrícula inicial de 50 euros los empadronados y 56 euros los no empadronados, a mayores de los cuales tienen que pagar una factura de 45 euros y 50 euros, respectivamente, por las 6 horas de clase de cada semana, y de 22,5 y 25,5 euros, en los casos en los que sólo van 3 horas a clase.
Pero la ausencia de planificación del equipo de gobierno de José Antonio Diez hace que sus pagos no se vean correspondidos con las horas lectivas oportunas. Pero no se trata del único servicio que se ve afectado por la falta de ordenanzas. Con apenas la mitad de efectivos operativos de los casi un centenar de plazas que aparecen en la plantilla, después de que no se hayan cubierto durante años las jubilaciones, el Ayuntamiento no da abasto para atender diferentes servicios.
Mientras, la oposición para conformar una bolsa de empleo temporal de ordenanzas sigue parada tras la decisión del tribunal de anular los resultados por las sospechas de que se filtró la prueba, fundadas en el testimonio de una aspirante y las notas altas, con un 10 redondo de una de las personas presentadas. No se ha convocado otro examen por el momento. Para parchear la carencia, a pesar de que todavía está la otra bolsa anterior que invalidó un juez, el gobierno municipal ha adjudicado un contrato con una empresa privada para la «contratación de personal auxiliar de servicios múltiples».
El contrato firmado hará que la empresa García Riestra SA actúe como agencia de colocación. La empresa aportará al Ayuntamiento personal para «tareas de apoyo al desarrollo de eventos programados» por la administración, «tanto en recintos municipales cerrados como en el exterior», como se cita en los pliegos de condiciones. Para pagarles hay una partida de 80.000 euros anuales, con dos anualidades de compromiso, de la que se restará la factura de las horas efectivas que presten hasta agotar el presupuesto.
No hay por ahora otro proceso en marcha para atender las necesidades. La privatización también de estas tareas queda como la solución del gobierno Diez para problemas como el de los talleres de artes plásticas que tiene a 150 alumnos en la calle la mitad de los días.