Bogotá — El panorama actual presenta grandes desafíos para el bolsillo de los colombianos debido al alza en el precio del dólar, la inflación, la crisis en diferentes sectores de la economía y el aumento en las tasas de interés, las cuales, recientemente, la Junta Directiva del Banco de la República de Colombia aumentó en 100 puntos básicos, llevándola a superar el 10% en línea con las expectativas del mercado. Un factor que afectará a todos sin importar estratos sociales, ya que significa que el pagar a cuotas un producto, solicitar un crédito inmobiliario, financiar un viaje o comprar un carro, será mucho más costoso.
Según datos de la Superintendencia Financiera (Superfinanciera), la tasa de usura en el país estuvo en el último mes por encima del 35,25%, y es una de las más altas en los últimos 20 años, un indicador que resalta el por qué hay que medirse en épocas decembrinas.
Mucho más, teniendo en cuenta que los créditos derivados del uso de una tarjeta para realizar compras han alcanzado, tanto así, que la entidad señaló que la deuda total con tarjetas de crédito a mayo ascendía a $7,9 billones, un 45% más alta en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Ricardo Soto, gerente de Producto y Desarrollo de Canales de Juancho Te Presta, fintech que ofrece hasta $5 millones y apuesta por una mayor inclusión financiera, destaca que esta situación podría llevar a muchos colombianos a caer en sobreendeudamiento y afectar el bienestar de millones de familias.
En ese sentidola clave será el endeudamiento responsable, una herramienta financiera que busca llevar adelante estrategias y tener mayor conciencia de las deudas que se asumen.
“Muchos me preguntan: ¿qué es el endeudamiento responsable?, y es básicamente adquirir deudas con propósito. Para ello, debemos ser más conscientes de que están sujetos a nuestras posibilidades y necesidades”, señala Soto.
Por lo tanto, explica el ejecutivo, que para empezar hay que entender que existen tres tipos de deudas:
1. necesidad: En el primer caso, caben las deudas que se adquirieron por imprevistos, como por ejemplo, que el vehículo se dañó o que un familiar tuvo un accidente. Generalmente las personas acuden, en estos casos, a los créditos porque no tienen ingresos suficientes o ahorros, y, además, porque no tienen una tarjeta de crédito para recurrir a sus cupos de préstamo.
2. Impulso: Son aquellas cosas que no necesitamos, pero que por impulso las adquirimos con créditos. Aquí caben los viajes que no planeamos con antelación, una fiesta de una noche, un televisor que no necesitábamos o ropa que, en realidad, no era necesaria.
3. Progresar: Es aquella deuda que se invierte para progreso personal, familiar o laboral, es decir, es aquel capital que se invierte para estudiar y mejorar mi posición en la empresa o como un método de financiación en un emprendimiento.
“Hoy día los bancos están sobreendeudando a las personas con préstamos de libre inversión, que, a mediano y largo plazo, pueden ser negativos, mucho más, si estas deudas son para satisfacer impulsos. Yo no digo que esté mal endeudarse por un carro de lujo o para regalar un televisor en navidad, pero… la pregunta es: ¿realmente lo necesito?”, afirmó.
Cabe resaltar que, en medio de este contexto, no hace mucho, el superintendente Financiero, Jorge Castaño, señaló su preocupación por el aumento en los créditos de libre inversión y tarjetas de crédito, algo preocupante cuando el Banco de la República viene subiendo las tasas para frenar, precisamente, el consumo privado. Incluso dijo que, antes de la pandemia, los cupos de tarjetas de crédito eran de unos $62 billones y actualmente la cifra supera los $100 billones.
Teniendo en cuenta esta situación, Soto dio a conocer los cinco concejos que debería tener en cuenta cualquier colombiano para llevar adelante una deuda responsable:
1. Preguntarse, antes de comprar: hay que preguntarse si para lo que voy a utilizar el crédito, sí lo necesito. La idea no es dejar de darse cuenta de gustos, pero es importante evaluar mis ingresos y ver mi capacidad de pago, anotar aquello que es realmente necesario pagar y no dejarse llevar por las famosas superofertas.
2. Tarjetazos: el famoso “tarjetazo” se volvió algo común en toda Colombia, sin embargo, deben tener en cuenta que ese dinero se debe pagar. Como consejo es mejor que los gastos pequeños se paguen en efectivo y al momento.
3. Deje atrás eso de los créditos: en este punto, hay que tener en cuenta que la mayoría de tarjetas de crédito (no todas) suelen cobrar cuota de manejo o seguros. En ese sentido, lo más aconsejable es tener una y al usarla pagar siempre a una cuota los productos o servicios, ya que al diferir el pago es cuando las entidades financieras cobran las tasas de interés.
Además, la idea no es sumar otros tipos de financiación que no van a ser realmente útiles. Si uno, no es precavido en acceder a créditos y no evalúa la importancia de lo que se está comprando, lo más probable es que no se tenga la capacidad para cumplir con todos los compromisos de pago.
4. Mar estratégica: la clave para no ahogarse en las deudas es planear de forma anticipada. En ese sentido, es recomendable escribir sus ingresos y egresos, pero lo fundamental es destinar un 10% de ese dinero para ahorro o gastos de emergencia.
5. Piense a corto, mediano y largo plazo: es hora de pensar y actuar diferente. En Colombia es común que las personas quieran todo para “YA”, sin embargo, si se piensa a corto, medio y largo plazo, puede ser mejor para su bolsillo y que no ahoguen sus finanzas personales. Por ejemplo, si desean viajar a Europa o comprarse la camioneta de sus sueños, proyecten eso en un tiempo determinado, determinen cuánto podrían ahorrar y que supere el 30% del costo de ese producto o servicio, así, cuando llegué la hora de pagar no va a ser de tan impactante la deuda.
En vísperas de épocas decembrinas, y como indican las cifras, los colombianos gastan 8% más en diciembre que en otros meses, lo que equivale a más de 30 billones de pesos en compras.
Por lo tanto, y viendo la situación actual, no es una buena temporada para sobre endeudarse y parece ser mejor pensar muy bien en el futuro de su bolsillo.