La asociación de usuarios financieros Asufin ha iniciado una batalla contra CaixaBank por la comercialización masiva de sus tarjetas híbridas. La organización ha denunciado a la entidad ante el Banco de España por “desplazar” las tarjetas de débito en favor las tarjetas que combinan funciones de débito y créditoy que CaixaBank distribuye bajo el nombre de MyCard.
La asociación ya levantó la voz a principios de año tras haber recibido varias quejas de usuarios que aseguraban que CaixaBank les estaba forzando a cambiar su tarjeta de débito habitual por una híbrida. En ese momento, Asufin comenzó un seguimiento sobre la comercialización de estos productos por parte del banco catalán. Tras obtener los resultados, ha presentado una denuncia al supervisor porque considera que está excluyendo del mercado un producto financiero básico como las tarjetas de débito.
Según detalla Asufin, después de culminar la absorción de Bankia, CaixaBank comenzó una campaña para sustituir su parque de tarjetas de débito por otras de tarjetas híbridas. Para ello, el banco comunicó a los clientes que sus tarjetas de débito conllevarían una comisión de 36 euros anuales en concepto de gastos de mantenimiento. La alternativa que teníamos CaixaBank era cancelar esta tarjeta para sustituirla por la tarjeta MyCard, sin ningún coste.
La asociación también ha recibido quejas por parte de clientesa los que, teniendo vigente la tarjeta de débito, el banco ha propuesto cambiarla por la tarjeta MyCard. Algunos usuarios también han denunciado que el banco no les dieran la opción de contratar una tarjeta de débito o que les insistieran en las bondades de la tarjeta MyCard.
“Es una manera de expulsar del mercado las tarjetas de débito, que son las más accesibles para todo el mundo sobre la base de que tienes controladas las finanzas personales, y no disponer de una tarjeta con la que controlar cada carga es un error”, señalan fuentes de Asufin. Igualmente, la asociación denuncia que CaixaBank ofrece la tarjeta MyCard por defecto para todo tipo de usuarios, sin tener en cuenta su perfil, lo que puede provocar endeudamientos indeseados. Y es que, las tarjetas de débito tradicionales son las más fáciles de utilizar por los usuarios, ya que en el momento pagar el cargo se refleja inmediatamente en la cuenta.
La tarjeta MyCard de CaixaBank refleja las compras en el momento que se hacen, pero no realiza el cargo inmediatamente en la cuenta, sino que hay que esperar dos días. La tarjeta incluye diferentes opciones de diferenciación de pago y de fraccionamiento, por lo que Asufin considera que se trata de un producto que conlleva riesgos y no es adecuado para todos los perfiles de clientes. “El producto como tal no nos parece mal, pero siempre que no se sustituye a las tarjetas de débito”, valora la asociación.
La demanda ante el Banco de España se ha interpuesto recientemente. Ahora el supervisor tiene que evaluarla y decidir si investiga el caso o lo archiva.