El pasado 22 y el 23 de septiembre se llevó a cabo el congreso inmobiliario Costa Rica 2022, con la participación de un amplio grupo de expositores de gran experiencia en los bienes raíces, y un público lleno de extrovertidas e interesantes personas, se plantearon una serie de conceptos y hasta estrategias innovadoras para las operaciones en los mercados inmobiliarios.
Los Smart Contracts como se les llama normativa, son en su nivel más básico: una serie de protocolos de programación o instrucciones para un programa informático, el cual tiene un registro dentro del blockchain.
Este registro permite que el contrato sea documentado como un objeto único, y en su mayor aprovechamiento, estos informes pueden ser utilizados por dos o más partes como un “Contrato digital”. En una negociación tradicional las cláusulas acordadas por las partes se firmaban bajo la fe pública de un tercero, y la ejecución de este depende de la intervención humana sujeta a la jurisdicción de cada país, en el caso de los contratos inteligentes la definición de cláusulas que se rigen bajo condiciones que se denominan “eventos”.
Dicho de otra forma, si usted y yo decidiéramos firmar un contrato de exclusividad para la venta de su propiedad, podríamos definir como un evento la venta del inmueble, y ordenle al Smart Contract que confirme que las condiciones del evento se cumplieron en un plazo definido previo a liberar el pago por el servicio; en el caso de incumplir con las condiciones del evento, el contrato quedaría cancelado de forma inmediata y todo el registro del mismo se almacenaría en alguno de los bloques de la cadena.
Por la naturaleza de los Smart Contracts, las condiciones aplicadas a los eventos pueden ser incluso mucho más detalladas, y estas dependen de la cantidad y calidad de informacion de la que dispone la cadenao bien puede ser posible utilizar fuentes de información externa mediante implementaciones de oráculos en el contrato.
Explicado de otra forma, suponga que usted intente contratar un proveedor de transporte y logística para su organización, la cual le asegura que, a diferencia de otros proveedores, el servicio que ofrece es capaz de realizar todas las entregas con un 96% de eficiencia; mediante un contrato inteligente y con la asistencia de indicadores de rendimiento o KPIs, podría ser posible incluir dicha sustentada como una clausula contractual “automatizada”, la cual a nivel financiero le aseguraría una garantía para su organización, ya su proveedor le podría generar incentivos para mejor la calidad del servicio aún más. En esta ocasión, la mediadora tecnológica entre el Smart Contract y las bases de datos donde se almacenan los KPI es lo que se conocería como el oráculo.
Si bien es cierto, no todo es color rosa en cuanto a la tecnología de los Contratos inteligentes, las implementaciones de este tipo pueden ser beneficiosas para agilizar la diligencia debida; sin embargo, este aumento de la eficiencia resultó de que tan generalizado esté el uso de estas herramientas. Tanto las operaciones diarias de las organizaciones relacionadas con el sector de la construcción, como también la aceptación del público general son al menos dos obstáculos sustanciales que identifica para un desarrollo sostenible de esta tecnología.
El primer obstáculo tiene que ver con la facilidad con la que el usuario interactúa con la herramienta. Desde la óptica de un individuo, el dictado de condiciones y definición de eventos puede sonar conceptualmente tan sencillo como ordenarle a un dispositivo Alexa que reproduzca nuestra canción, sin embargo, escribir un contrato inteligente implica cierto conocimiento en lenguajes de programación, los cuales pueden a ser complejo de entender, o al menos lo son cuando se compara con la prosa de un contrato de alquiler de vivienda tradicional, por ejemplo. Los Smart Contracts pueden ser relativamente sencillos de comprender para personas con conocimientos en JavaScript o C++, sin embargo, para el público general, leer un contrato inteligente le puede resultar similar a intentar descifrar los jeroglíficos del antiguo Egipto si es que no cuenta con ninguna formación en arqueología.
En cuanto al segundo obstáculo, la Proptech —tecnología utilizada relacionada con los bienes raíces — no es nueva, y plataformas como: Encuentra24 para la compraventa y el alquiler, Equifax para los reportes crediticios y hasta las redes sociales son casos de éxito de algunos de las herramientas informáticas utilizadas para los bienes raíces. En el caso específico de los Smart Contracts, y al igual que para los individuos, las herramientas para organizaciones no son lo suficientemente amigables con el usuario como para que puedan ser utilizados por cualquier colaborador dentro de una empresa, sin embargo, la problemática para las organizaciones no recae en la comprensión completa de la tecnología financiera, sino en identificar si es viable para cada organización contratar especialistas en esta área que realmente ayuden a mejorar sus procesos; al igual que cualquier otra inversión, la inversión en tecnología no tiene por qué desligarse del análisis costo-beneficio. @mundiario