Consumo, ahorro e inversión son variables claves para tener en cuenta a la hora de ordenar tus ingresos. Cuales son las estrategias mas efectivas
por Omar de Luca
26/09/2022 – 08,00hs
En reiteradas oportunidades nos preguntamos por qué queremos gastar más dinero del que nos ingresa, o expresado en términos de deseo, queremos consumir más bienes y servicios de los que podemos comprar con lo que ganamos. Y no encontramos esa respuesta, simplemente porque vivimos en una sociedad consumista por naturaleza. Esto genera que no podamos ahorrar y que tengamos que trabajar más de lo normal para generar ingresos extras para poder sostener nuestro nivel de consumo. Por fin, nunca vamos a poder invertir.
Para lograr el nivel de consumo que queremos tener, debemos trabajar estratégicamente en colocar el ahorro y la inversión como variables clave para resolver esa ecuación de tres piezas (Ingreso = Consumo + Ahorro + Inversión) que si la logramos conectar entre sí podemos llegar a solucionar muchos problemas.
El ahorro lo podemos asociar con la cultura, esa que nos inculcaron de chico o la que supimos desarrollar en base a experiencias de vida. No todos saben ahorrar, por más que generen buenos ingresos. La inversión está asociada a decisiones financieras acertadas a la hora de generar ingresos extras. Ahí es donde más podemos generar incidencias, que pueden ser buenas o malas, según que tan bien asesorados estemos a la hora de invertir.
Educación financiera: ¿cómo ordenar tu consumo?
Es el objetivo final que todos queremos, consumir en bienes y servicios lo que ganamos en dinero. Es la fuente de satisfacción de las necesidades humanas y una de las principales justificaciones de los esfuerzos que genera trabajar y ahorrar. Ahora analizamos esta dualidad por un segundo, podemos satisfacer el consumo con el ingreso ordinario o bien con el ingreso extraordinario que genera la inversión.
Pecar de consumidor es algo muy común. La ley de rendimientos marginales decrecientes aplica muy bien en esta variable presentada. Los primeros ingresos que generamos los usamos para consumir aquello que es más necesario y que nos produce más satisfacción, entonces cuando consumimos lo que no es tan necesario también cae esa satisfacción. Consumir por necesidad es una cosa y consumir por vicio es otra.
Entonces, ¿qué hacemos para lograr el consumo deseado? Trabajar en el Ingreso Total (Ingreso Ordinario más Ingreso Extraordinario). Si hacemos inversiones que nos generan una renta atractiva, esa proporción de ingreso extraordinario puede ir creciendo y hasta en algunos casos superar al ingreso ordinario. Si logramos internalizar la cultura de que el consumo tiene que ir más asociado al ingreso extraordinario, vamos a poder asociar el consumo al esfuerzo de la inversión y no del ahorro.
Omar De Lucca es especialista en Educación Financiera y CFO de Agrosurmax.
Ahorro: el desafío de todos los meses
Tiene cosas del sacrificio, pero también de la cultura que supimos cautivar. El ahorro es un sacrificio necesario porque es la fuente de financiación de la inversión. Es cultural porque cuando aprendemos que el consumo excesivo es malo y que debemos ahorrar para generar inversión, ya pasa a ser filosofía de vida.
De acuerdo a la fórmula mencionada al principio de la nota, un esfuerzo en el ahorro se traduce en menor consumo. Pero no por ello tenemos que privarnos de necesidades o de consumir cosas que nos hagan felices. Para no sufrir con eso, hay que trabajar en el ahorro junto con la inversión y generar un consumo extra que venga asociado a un ingreso extra también.
¿Por qué hay que ahorrar? Ahorrar es construir un capital. Ahorramos para guardar dinero para futuros gastos y para estar líquidos. Cuanto mejor ahorremos (no importa la cantidad que ahorremos, sino la calidad del ahorro), mejor capital vamos a poder construir a futuro. Ahora bien, ahorrando no generamos rentabilidades, y estamos expuestos a la pérdida del poder adquisitivo por inflación, entonces para eso debemos invertir los ahorros.
¿Si no ahorrás, no podrás invertir? Depende de los riesgos que tomes. Si no estás preparado a nivel cultural (no gastar más de lo que te ingresa), lo aconsejable es que inviertas lo que ahorras, pero no más. Esto es así porque en ese caso vas a estar financiandote con capitales de terceros (préstamo) para aprovechar oportunidades de inversión disponibles. Si estás calzado en plazos y tasas de interés, y tenés la cultura del ahorro, vas a ser prudente a la hora de consumir porque sabes que debes dinero y lo tenés que devolver.
Recomendaciones para ordenar el consumo
- Educación Financiera: Invertí en eso porque es muy importante no solo para manejar tus finanzas personales sino también para aplicarlo a tu trabajo.
- Flujo de Fondos: Incorporar el concepto del “Cash Flow” como filosofía de vida, acostumbrate a planificar tus ingresos y egresos ya asignar una meta a cada concepto. Medí los desvíos y tomá decisiones para corregirlos.
- Hábitos de Consumo: Modificarlos para adaptarlos al nivel de vida que podes tener hoy.
- Presupuestos: Asigna la mitad de tu presupuesto a cubrir gastos fijos (50%), y la mitad de eso (25%) a gastos variables. Eso va a posibilitar que pueda aplicar el 25% de sus ingresos al “Ahorro”.
- Gastos Innecesarios: Tratá de evitarlos lo más que puedas, sobre todo en tu horario laboral donde quizás por ansiedad, presiones o estrés, terminarás consumiendo cosas que no te dan la satisfacción deseada y terminarás consumiendo por “vicio”.
Consejos para administrar la tarjeta de credito
- Análisis de Resúmenes de Cuenta: Tomar los últimos 3 resúmenes y determinar los gastos fijos recurrentes o débitos automáticos. Analizar qué gastos fueron por única vez y no se volverían a repetir. Estar siempre atento a consumos “no reconocidos”, para evitar costos financieros que no correspondan y tener que pagar para después reclamar.
- Saldo de Deuda: Pagar siempre el total, o al menos 2 o 3 veces el mínimo. Y nunca pasarse del vencimiento original, para evitar intereses por mora.
- Adelantos: Jamás retirar adelantos de TC desde el cajero, la tasa de interés es abusiva.
- Pago Mínimo: Nunca pague el mínimo, siempre algo más que eso si no se puede pagar el total.
- Giratorio: Evitar la refinanciación de saldos, es preferible pedir un préstamo personal para pagar un menor costo financiero que la tarjeta de crédito, y no refinanciarla. Con el interés sobre el interés, el banco termina mostrando una deuda que después se vuelve impagable para el consumidor.
Conclusiones
A medida que vamos progresando en nuestra vida, aumenta nuestra propensión al consumo. Necesitamos consumir para vivir el presente, e invertir para construir nuestro futuro. Pero si no se ahorra, la inversión es imposible, de modo que el ahorro es un sacrificio necesario.
Solo podemos aumentar nuestro nivel de vida si generamos más ingresos. Entonces lo que aconsejo es que el ingreso extraordinario determine el consumo extraordinario y mantenga el ahorro atado a la inversión. De esta manera, estamos equilibrando la fórmula en dos perspectivas: invertir para generar rentas, y consumir condicionado al esfuerzo de esa inversión.
Trabajar por objetivos, tanto en el ámbito laboral como en las finanzas personales. Asignar metas a cada gasto te va a dar la habilidad necesaria para accionar sobre cada uno y no excederse. Por último, tomar conciencia de las recomendaciones que mencioné anteriormente para incorporarlas y controlar los gastos personales.
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