maria rodriguez (seudónimo) se jubiló hace 15 años tras 24 años de servicio en el gobierno federal. Mensualmente, recibe unos $1,300 de Seguro Social, más una pensión. Vive sola y no gasta mucho, dice. Rodríguez, como el resto del país, ha sentido el impacto de los diferentes aumentos, tanto en los servicios básicos de luz y agua, como la gasolina, y algunos alimentos como la leche y los huevos del país.
“Fui al supermercado y el paquete de 18 huevos estaba en $7 y pico. No los compré. Fui después a una tienda por departamentos y hubo varios paquetes a $2 y $3 y pico. Trato de mirar (buenos precios), de economizar un poco, pero no me cohíbo mucho”, dijo la mujer, quien prefirió no identificarse con su nombre real. Por esa razón, el residente en el área metropolitana ve con buenos ojos el aumento de 8.7% en el Seguro Social a partir del 2023.
“Lo veo bien. En mi caso, serían como unos $117 más (al mes). Sí, ayuda, pero depende también de lo que uno coja (de Seguro Social). Además, si el año que viene hay inflación, no va a haber aumento ninguno. Pero hay que verlo por el lado positivo, me están dando más para pagar esas otras cosas”sostuvo.
Ana Saurí Quintana, mientras tanto, vive con su hermana en Puerto Nuevo. Por muchos años, trabajó para una compañía de equipo médico, pero hace tres años se acabó. Con el Seguro Social, dijo, sobrevive. En ese sentido, también se mostró satisfecha con el aumento al pago mensual a partir del próximo enero.
“Es positivo dentro de la situación de aumentos en la luz y el agua y lo demás. Todo está caro, la comida, la gasolina…”, dijo.
Dentro de los malabares que hace con el Seguro Social, dijo que tiene que escoger qué puede y no comprar. “Si se compra carne, no se compra huevos, porque tienen que ser del país, si no mejor no compro”, destaca.
Abraham Robles, del área metro, recibe el Seguro Social hace siete años. Por eso, considera como un logro el aumento de 8.7% que anunció ayer el programa.
“Hacía años, no se veía algo así, reglamentariamente son de veintipico de dólares. Es atractivo porque hemos tenido que hacer ajustes en los ingresos para poder cumplir con todo (las obligaciones)”dijo.
miguel vazquezde Guaynabo, opinó que mientras, por un lado surgen aumentos; por otro, habrán alzas de otras deudas.
“La comida y la gasolina están demasiado caras. En el supermercado, ha subido todo. Ahora mismo, vine a comprar esto (aerosol para matar insectos) y está casi en $7, cuando antes era $2 o $3″expresó el ejemplo gubernamental.
Mientras, un hombre de 73 años que solo se identificó como Félix comentó que ha tenido que recurrir a préstamos para poder lidiar con sus obligaciones. También, desde hace varios años desarrolló un huerto casero.
“Tengo un buen plan médico y no tengo problemas con los medicamentos. Y los hijos ya estan criados. ¿Cómo uno lidia con todos estos aumentos? Pues sobreviviendo, como cualquier ser humano, sin hacerle daño a nadie”manifestó, aunque aplaudió el aumento del Seguro Social.
Por su parte, Esther Reyes, de 83 años, coincidió en que el alza del Seguro Social surge y compite con otros aumentos. “Está bueno, pero a mí no me alegra mucho. Pago $385 del caserío. Según me aumenta el Seguro Social me perjudican lo otro también”dijo.
Agregó que, aunque a nadie le agradan los aumentos en la luz, el agua y otros sectores, hay que asumirlos.
“A nadie, le gusta que suban las cosas, pero como las necesita, hay que comprarlos”, destaca.
Señaló que tiene que cubrir sus gastos con el dinero que recibe.
“Hasta donde llegue, hay que seguir viviendo”conclusión.