Cada día que pasa es más evidente que no solo existe una carrera espacial entre Estados Unidos y China por ver cuál de las dos superpotencias consigue colonizar y extraer recursos minerales de la Luna y controlar el espacio ultraterrestre.
Los hechos acreditan que también se ha desencadenado otra competición en el marco espacial, que de forma pacífica enfrenta a las potencias regionales y petrolíferas del Cercano y Medio Oriente por estar presentes en el espacio exterior y, muy en especial, por enviar mujeres a dar vueltas alrededor de la Tierra. La disputa se ha constatado durante el Congreso Internacional de Astronáutica celebrado del 19 al 22 de septiembre en París.
En la capital de Francialos altos directivos de las agencias espaciales de Arabia Saudí y Turquía han sabido aprovechar su presencia en el mayor evento mundial dedicado a la ciencia y la tecnología espacial. En ambos casos, han contratado los servicios de una empresa privada que, previo pago, pueden transportar a sus nacionales a la órbita terrestre, mantenerlos una corta temporada a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) y traerlos de regreso a nuestro planeta azul.
La única compañía que goza de la autorización y certificación de la NASA para llevar a cabo los hechos descritos es Axiom Space, que el día 22 de septiembre se suscribió un acuerdo con la Comisión Espacial Saudí. Los términos del contrato son para organizar y materializar que un hombre y una mujer del país del Golfo vuelen en una cápsula tripulada Dragón de SpaceX hasta la ISS en el segundo trimestre de 2023, como muy pronto, permanecerán a bordo entre una y dos semanas y hagan el viaje de regreso.
El acuerdo fue firmado en presencia del presidente de la citada Comisión, Abdullah bin Amer al-Swahhay por el fundador y presidente ejecutivo de Axiom, Michael Suffredini. Este último y su socio capitalista Kamal Ghaffarian crearon Axiom en 2016 con la intención de acoplar varios módulos comerciales a la ISS a partir de 2024 y, más tarde, construir la primera estación espacial con multas mercantiles.
El presidente Erdogan quiere ver turcos en órbita cuanto antes
Pero mientras el proyecto de Axiom se hace realidad, la liberalización del acceso al espacio decretado por Estados Unidos permite que las empresas promueva vuelos privados de ida y vuelta al complejo orbital internacional para transportar investigadores y turistas que pueden pagar entre 55 y 60 millones de dolares por plaza ocupada.
El negocio que se vislumbra se apoya en la experiencia de Suffrediniun ingeniero prestigioso retirado de la NASA, cuya carrera profesional de 35 años en la Agencia se inició en 1989 y concluyó a finales de 2015, tras haber sido una década ‒desde 2005 hasta su jubilación‒ el gerente del programa de la ISS, responsable del diseño, montaje, operación y utilización del mayor complejo orbital jamás construido.
En Michael Suffredini y Axiom confía en la Comisión Espacial Saudí, una agencia gubernamental creada el 27 de diciembre de 2018 y situada bajo la dependencia directa del primer ministro, el príncipe heredero Mohamed bin Salman al-Saud. Equivalente a una agencia espacial, su función principal consiste en planificar y desarrollar las políticas y programas relacionados con el sector y ejecutar la Estrategia Espacial Nacional.
Pero Arabia Saudí no es la única nación que se ha inclinado por viajar a la ISS de la mano de Suffredini. El 19 de septiembre en París, unas pocas fechas antes del pacto con Riad, Axiom también había alcanzado un compromiso con la Agencia Espacial de Turquía (TUA) ‒fundada el 13 de diciembre de 2018, 9 días antes que la saudí‒, para embarcar una pareja de astronautas turcos en otra futura misión de la compañía norteamericana. Su vuelo podría ser el Ax-3, que todavía no está aprobado por la NASA y que, como muy pronto, despegaría a finales de 2023.
El presidente de la TUA, Serdar Huseyin Yildirim, ingeniero aeronáutico de 61 años, ha declarado que el contrato se enmarca en la “ambiciosa hoja de ruta espacial a 10 años” del pais otomano, que incluye “misiones a la órbita terrestre baja de la Tierra, a la Luna, así como el desarrollo de satélites de comunicaciones y observación de doble uso, civil y militar”ha precisado.
Comienza el proceso de preselección de astronautas
Entre los servicios que presta Axiom también se contempla la formación de los astronautas saudíes y turcos seleccionados por las autoridades de ambos países. Como mínimo, en cada caso serán cuatro personas, puesto que hay que entrenar de forma conjunta a la tripulación principal ya la de reserva de cada país.
Los instructores del departamento de formación de la compañía norteamericana ‒antiguos astronautas de la NASA‒ serán los responsables de impartir el adiestramiento que, saudíes por un lado y turcos por otro, les debe capacitar para viajar, vivir y realizar investigaciones y trabajos científicos en condiciones de microgravedad.
El proceso de selección de los astronautas turcos corre a cargo del Instituto de Investigaciones Tecnológicas Espaciales Tübitak de Ankara, con el apoyo de Axiom y bajo la dirección de la Agencia Espacial de Turquía en nombre del Gobierno turco. En el caso de Arabia Saudí, la responsabilidad de la selección recae en su Comisión Espacial. Hay que recordar que el Reino tuvo su primer astronauta hace 37 años. Fue el príncipe Sultán bin Salman al-Saud, que voló en la misión STS-51G del transbordador Discovery en junio de 1985 junto a cinco astronautas norteamericanos y un francés.
Axiom ya ha cumplido una primera misión privada a la ISS. Fue la Ax-1, que despegó el pasado 8 de abril y estuvo de regreso el 25 del mismo mes. Su comandante fue un astronauta retirado de la NASA, el hispano-norteamericano Michael López-Alegría, de 64 años. Con él viajaron tres hombres de negocios, un israelí, otro canadiense y un tercero norteamericano.
Para la segunda misión de Axiom, catalogada Ax-2 pero todavía pendiente de la aprobación final por la NASA y de la proyección de fechas, la comandante elegida es la veterana astronauta peggy whitson, también jubilada de la NASA. Bioquímica de 62 años, ha estado tres veces en el espacio, ostenta el récord norteamericano de permanencia en órbita (665 días y 22 horas) y fue la primera mujer en estar al mando de la ISS.