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El Cádiz CF lleva jugando con fuego en su portería desde que prácticamente ascendió a Primera con Alberto Cifuentes bajo palos y David Gil en la sombra. Conscientes de que había que aumentar e nivel, Óscar Arias dio en Argentina con el que ha podido ser el mejor fichaje realizado por Manuel Vizcaíno desde que llegó a la presidencia y se desvinculó de Quique Pina.
Y es que tan pronto como llegó Conan Ledesma destronó al veterano Cifuentes, que comenzó esa temporada, su última como profesional, suplente ante Osasuna en la primera jornada de Liga en la que Cervera se decantó por David Gil. La explicación era que Cervera ya tenia en mente hacer un relevo en el banquillo incluso en Segunda, pero las lesiones del portero madrileño procedente del filial le impidió hacerlo del todo durante esas jornadas del confinamiento que desembocaron en el ascenso más triste de la historia a Primera.
Pasó el verano y todo hacía pensar que con el fichaje de Ledesma el Cádiz CF, como en tiempos de Antonio Muñoz y Víctor Espárrago, iba a contar con tres porteros (Limia, Armando y Navas), pero la nefasta planificación -una tradición en la caótica sección deportiva montada por Vizcaíno- usos que el presidente sevillano se sacara de la chistera la jubilación anticipada de Cifuentes, al que mandó al staff técnico con la idea de hacerle daño al entrenador del B, con tal de hacer sitio a un fichaje más en el último día de mercado para reforzar una plantilla que tenía el cartel de ‘overbooking’ en cuanto a fichas disponibles. No sin antes, regalarle su despedida con la titularidad en la segunda jornada de Liga en Huesca, donde se ganó con goles de Negredo y Pombo.
Ledesma aún estaba ausente pero no tardaría en aparecer a la tercera jornada por lo que desde entonces han sido sus dominios. El cancerbero de Rosario Central había llegado con positivo por Covid y tuvo que estar aislado las dos primeras semanas de competición en las que vio como primera era David Gil el titular ante el Osasuna en el debut liguero en Carranza (0-2) ya la siguiente era el veterano Cifuentes el que salía de inicio en la mencionada victoria amarilla en El Alcoraz.
Con Cifuentes ya formando parte del cuadro técnico, la situación en la portería se normalizó. Y así ha seguido desde entonces. Ledesma indiscutible y David Gil como eterno suplente y con un futuro incierto. Se tocó madera en los dos primeros ejercicios y se salvó la situación sin tener que exponer a Gil, que en los partidos de Copa daba señales de ser valioso, pero cuya experiencia era inexistente tanto en Primera como casi que en Segunda. Para colmo, el jugador formado en las canteras de Atlético y Getafe antes de llegar a la del Cádiz CF tendía mucho a lesionarse. De hecho, en las dos últimas jornadas no ha aparecido en las convocatorias de Sergio por lesión y su puesto lo ha ocupado en el banquillo Víctor Aznar.
Pero a pesar de todos estos avatares, la gran labor de Ledesma ha desviado la atención de la temeridad que se sigue cometiendo en la demarcación de la portería, donde verano tras verano se ha decidido dejar a Ledesma toda la responsabilidad pese a la incertidumbre que despierta David Gil, que en el Trofeo Carranza ante el Atlético no dejó a nadie confiado, unas dudas que se prolongaron después tras la derrota en Irún en Copa, donde pudo hacer algo más en los goles.
A pesar de ello, David Gil tiene un defensor a ultranza en el vestuario y ese no es otro que su entrenador. Ya en el mercado de invierno de hace un año, justo cuando llegó Sergio para sustituir a Cervera, se le preguntó al técnico si necesitaría otro portero. Su respuesta fue la misma que siguió siendo este pasado verano. No. Tanto él como Lolo Bocardo, preparador de porteros del Cádiz CF, confían ciegamente en la labor de un portero que, aquí sí no hay debate, se lesiona bastante para lo que es lo normal en su demarcación.
Por todo ello, que ahora salgan cantos de sirena llegados tanto de la Premier como del Villarreal, que acaba de desprenderse de Rulli, no deja de impacientar a más de un cadista. Parece inviable que el otro submarino amarillo vaya a pagar los 15 millones de euros que cuesta la cláusula de Ledesma tras soltar al Ajax por 10 a su portero titular. Lo que no parece tan evidente es que Vizcaíno medite la posibilidad de venderlo a un precio que se ajuste más a la realidad.
Sea cierto o no, lo que habría que poner de relevancia es que el Cádiz CF se mueve sobre el filo de la navaja en este aspecto. Que duda cabe que una posible marcha de Ledesma sería fatal para el proyecto, pero no sería de más que se planteasen la hipótesis en los despachos de la Plaza de Madrid. Hoy por hoy, el puesto de portero está cubierto por Ledesma pero una posible lesión dejaría en cuadro la demarcación. Tampoco es que esto le preocupe a Vizcaíno en exceso puesto que solo hay que ver cómo ha gestionado la baja de gravedad de Zaldua.
El Cádiz CF se ha acostumbrado a jugar en la mitad de un bosque incendiando y hasta el momento está saliendo airoso. En el caso de que lleguese una oferta suculenta por Ledesma habría que ver la decisión que tomaría Vizcaíno. Venderlo y hacer caja siempre es algo que le ha gustado a cualquier presidente de un club que se supone que debe ser vendedor, aunque quizás lo más consecuente sería emplazar al club de turno al próximo verano para no desmantelar la plantilla tal y como ha hecho abrir la puerta a lucas perez. Sería de chiste que pasado el mercado de invierno el cadismo viera como su club ha dejado salir a su máximo goleador ya su mejor hombre.
No obstante, con o sin salida de Ledesma, no estaría de más que el club estudiara la posibilidad de traerse en este mercado de invierno a un portero del perfil de los veteranos Diego López, Pepe Reina o el mismo Andrés, que ahora milita en el Huesca de Segunda pero que también, como los anteriores, tiene experiencia en Primera.