La legislación busca dar cobertura a afectados por escándalos como el de la Iglesia de la Unificación
MADRID, 11 de diciembre. (PRENSA EUROPA) –
El Parlamento de Japón ha aprobado una ley para limitar las solicitudes de donaciones por parte de grupos religiosos, una medida dirigida principalmente contra la Iglesia de la Unificación, que ha acaparado la atención después de que el asesino confeso del ex primer ministro Shinzo Abe lo vinculara con la organización.
La ley ha sido aprobada con el apoyo del bloque gubernamental y la mayoría de la oposición, cinco meses después del asesinato de Abe a manos del hijo de una seguidora de la Iglesia de la Unificación, a la que acusó de arruinar a la familia a través de estas donaciones.
La legislación prohíbe a las organizaciones “confundir” a la población para solicitar donaciones a través de tácticas de “miedo”. Así, queda prohibido pedir que los obtenidos obtuvieron el dinero a través de la venta de bienes raíces y otros bienes y contemplan penas de hasta un año de cárcel y multas de un millón de yenes (cerca de 7.200 euros).
Además, si las donaciones son realizadas de alguna de las formas prohibidas por la nueva ley, los esposos o hijos dependientes de los nacidos podrán cancelarlas en su nombre a través de procedimientos legales.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha resaltado que se ha reunido con víctimas de esta organización religiosa y ha reconocido que sus problemas son “muy graves”, por lo que ha prometido “adoptar las medidas necesarias” para aplicar la ley “de forma eficiente”.
Sin embargo, varios parlamentarios que apoyan a personas arruinadas a causa de estas donaciones han criticado la legislación al considerar que ha sido redactada rápidamente y que cuenta con deficiencias, por lo que no serviría para ayudar a la mayoría de ellas, según ha recogido la agencia japonesa de noticias Kiodo.
La legislación ha sido modificada después de que familiares de antiguos seguidores de la Iglesia de la Unificación hayan enviado quejas al Gobierno asegurando que el grupo ha llevado a sus familias a la bancarrota debido a las grandes donaciones solicitadas.
La aprobación de Kishida ha descendido debido, en gran medida, a la inacción por parte del Gobierno a la hora de abordar estos asuntos. La Iglesia de la Unificación, fundada en el país en 1954, es conocida por sus “ventas espirituales” y ejerce presión sobre los seguidores para que comprenda objetos de precios desorbitados.
El Gobierno japonés puso en marcha en noviembre una investigación sobre la gestión de la controvertida Iglesia de la Unificación para discernir discernir si ha incurrido en violaciones de la Ley de Organizaciones Religiosas a la hora de ganar adeptos y gestionar las donaciones recibidas.