La consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Carmen Maeztu, ha afirmado que “el llamado escudo social”, compuesto por los ERTE y la Renta Garantizada o el Ingreso Mínimo Vital, evitó un crecimiento de la intensidad de la pobreza en la Comunidad foral en un 23,6% en 2020, el año “más duro de la pandemia”.
Así lo ha manifestado este martes, durante la presentación del VI Informe anual sobre la pobreza y la desigualdad social en Navarra, realizada en rueda de prensa junto con el director general del Observatorio de la Realidad Social, Luis Campos, y el jefe de la Sección de Planificación, Evaluación y Calidad, Antidio Martínez de Lizarrondo.
El estudio ha sido realizado por el departamento de Derechos Sociales en colaboración con el Instituto de Estadística de Navarra (NASTAT) y analiza el impacto de las principales medidas de protección social llevadas a cabo durante la pandemia. En este estudio se ha calculado, tomando como muestra la población con menos ingresos, qué parte de los ingresos económicos provienen de la Renta Garantizada y el Ingreso Mínimo Vital (IMV) o de los ERTE.
Gracias a este informe, “totalmente novedoso”, Maeztu ha explicado que “podemos saber el impacto exacto del llamado escudo social en la lucha contra la pobreza y la desigualdad social”. “Los datos proporcionados por las diferentes fuentes de las que se componen este informe y los distintos indicadores utilizados muestran que la situación de la Comunidad foral en relación con la desigualdad y la pobreza es una de las mejores de España y de Europa. Sin embargo, no podemos sentirnos satisfechos todavía con estos datos y tenemos que continuar trabajando para reducir, si cabe, todavía más estas tasas”, ha subrayado.
Como principal conclusión, el informe revela la “alta influencia de ambos mecanismos como herramientas de contención y cohesión social” que, en el caso de los ERTE, “han influido en todos los estratos de la sociedad, si bien han sido las personas más pobres las principales beneficiadas”. En concreto, para las personas con menor renta, el 16,5% de sus ingresos provino en 2020 de los ERTE, y el 7% de la Renta Garantizada, lo que traduce en que estas dos medidas de protección supusieron la cuarta parte (23 ,5%) de sus ingresos.
LEVE INCREMENTO POR LA PANDEMIA
Los datos también reflejan que Navarra “continúa siendo la comunidad con menor riesgo de pobreza y exclusión social de España, estando en una situación mejor que la mayoría de regiones de Europa”.
En el último año analizado “existe un incremento moderado de la desigualdad, debido a la pandemia, y un mantenimiento de las tasas de pobreza severa, gracias en gran parte a la protección social desplegada para hacer frente a la pandemia y al propio sistema de protección social de navarra”.
Por otro lado, el dato de la Estadística de Renta de Navarra muestra que la pobreza severa se mantiene en un 11,3%, al igual que en 2021, mientras que en la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística se refleja que la pobreza severa “llega incluso a reducirse en Navarra del 9,9% al 9,8% de este último año”. En sentido inverso, según la tasa AROPE, que mide la pobreza y la exclusión, a pesar de seguir siendo la Comunidad foral la que tiene una menor tasa de España, se incrementa en 2,4 puntos porcentuales, es decir, llegando al 14, 7%.
Maeztu ha señalado que “persiste una importante desigualdad intrarregional, tanto en algunos grupos poblacionales como en el territorio, con notables diferencias entre norte y sur” y ha agregado que “el hecho de que estos grupos y en el sur de Navarra la situación sea peor no es algo propio del momento actual, pero sus efectos siguen muy persistentes”.
“Debemos persistir en las políticas más estructurales, dirigidas a la creación de empleo de calidad ya luchar contra la pobreza infantil, como elementos clave para hacer de Navarra una sociedad cohesionada y próspera para el conjunto de su ciudadanía. Igualmente, en este contexto y ante la alta inflación que estamos cambiando en gran parte como efecto de la guerra en Ucrania, debemos redoblar esfuerzos en la transición energética y en el apoyo a las familias de clase media y trabajador para afrontar el fuerte incremento de los costes de vida”, ha apuntado .
EFECTO DEL ESCUDO SOCIAL
Según han expuesto, la Renta Garantizada y los ERTE, además suponer la cuarta parte de los ingresos para la población con menor renta, resultaron ser la décima parte de la renta entre la población perteneciente a la segunda décila más pobre. Y a pesar de que su incidencia hubo conforme iban aumentando los ingresos de cada estrato, incluso el decil de la población con mayor renta se benefició del Escudo Social, proviniendo un 1,8% de sus ingresos de algún ERTE.
En esta línea, han destacado que, según el coeficiente Gini, que mide la desigualdad en un territorio, esta ha alcanzado 1,4 puntos porcentuales respecto al año anterior, la distribución de la renta en Navarra sigue siendo más igualitaria que en el Estado, situándose en un 28,7% frente al 33% estatal o el 30,7% de la UE. En la comparativa por comunidades, Navarra se sitúa en segundo lugar.
Otra fuente es el Monitor de Desigualdad de CaixaBank, donde se puede comprobar la variación mes a mes del índice de Gini antes y después de transferencias desde febrero 2020 hasta la actualidad. Los últimos datos publicados evidencian que Navarra es una de las comunidades que “mejor está aguantando el envite de la crisis” y que la desigualdad sería menor en julio de 2022 respecto a la existente en febrero de 2020. Así, después de transferencias este índice habría descendido en Navarra -0,33 puntos, una décima más que en España (-0,24 puntos).
RADIOGRAFÍA DEL COLECTIVO
La Estadística de Renta de Población de Navarra confirma que la incidencia de la pobreza en Navarra se mantuvo en los niveles de los últimos años. En cuanto a edad y sexo, la pobreza severa tiene una incidencia superior en las mujeres y en los menores de 16 años. En el caso de las mujeres, esta cifra alcanza al 11,9% frente al 10,8% de los hombres, ha detallado el Gobierno.
En el caso de la pobreza infantil (menores de 16 años) es del 18,4%, muy superior a la media del 11,3%. Por el contrario, el grupo con menor porcentaje de pobreza severa en Navarra se corresponde con el de mayores de 65 años, con un 4,2% (dos décimas menos que el año pasado), algo que “tiene mucho que ver con el incremento de las pensiones de jubilación en los últimos años, así como con los complementos aplicados por el Gobierno de Navarra a las pensiones bajas”.
Las personas que no poseen nacionalidad española presentan en 2020 tasas de pobreza elevadas (35% si ha nacido en un país extranjero). Este porcentaje disminuye para las personas con nacionalidad española nacidas en el extranjero (22,4%), las que han obtenido la nacionalidad española en los últimos años en su mayoría.
“La gran reducción de la pobreza y brecha respecto a las anteriores se observa en el caso de las personas nacidas en España con nacionalidad española (6,8%). Dicho de otro modo, las personas autóctonas padecen una pobreza severa 3,3 veces menor que las españolas de origen extranjero y más de 5 veces menor que las extranjeras nacidas en el extranjero”, ha indicado Maeztu, tras añadir que “estos datos son idénticos a los que se mostraron en 2019”.
Por áreas de servicios sociales, se mantiene “muy similar” la situación respecto al año anterior. Han destacado las diferencias entre el norte y sur de Navarra, con indicadores que van del 7,7% de pobreza severa de la zona noroeste, al 15,6% de la zona de Tudela, 4,3 puntos por encima de la media, que es del 11,3% según la Estadística de Renta de la Población de Navarra.