Desde noviembre de 2022, Netflix tendrá planes con publicidad en países como México y Brasil. Para Colombia esta novedad, posiblemente, llegará en diciembre o directamente en 2023. Lo que antes de la pandemia parecía un imposible ahora directamente es una medida de salvación.
Desde el día uno, el principal valor agregado de las plataformas de streaming era “puedes ver lo que quieras sin perder tiempo con publicidades”. Durante una década, los Netflix les hicieron el feo a los anunciantes, pero los fríos números y proyectaron los aterrizaron a la dura realidad: nunca encontraron un modelo económico sostenible.
La realidad es que plataformas como Netflix quemaron millas de millones de dólares produciendo contenidos nuevos y pagando por derechos y licencias esperando que todo se pudiera financiar con el pago mensual de los suscriptores. Lo que pasó en la vida real es que se encontró con tres problemas fundamentales: el techo de consumidores, la fragmentación del contenido y la falta de eventos en vivo.
Para que nos vayamos haciendo una idea de cómo será el modelo de anuncios de Netflix, la plataforma informó que, el nuevo paquete se llamará Básico con Anuncios. En México el valor mensual será de unos USD 4,9 hoy en día, mientras que en Brasil será de unos USD 3,6, montos menores que al de Estados Unidos, que será de USD 6,99.
Este plan, que será el más económico no permitirá descargar el contenido y tendrá entre 4 y 5 minutos de publicidad por hora. Cada anuncio comercial durará entre 15 y 30 segundos y será emitido antes y durante los contenidos. Y para completar, desde la plataforma aclararon que, debido a «restricciones de licencias», algunos contenidos no estarán disponibles en el nuevo paquete.
Ahora, y espero que no suene pretenciosa la frase, vayamos al tema de fondo. Los famosos unicornios tecnológicos, esas empresas que parecían no tener límites de crecimiento están enfrentando serias crisis económicas por la coyuntura macroeconómica, por la coyuntura geopolítica, pero sobre todo por sus negocios con excesos de optimismo.
Lo que plantearon los Uber, Netflix, Airbnb y demás unicornios eran modelos basados en dos pilares fundamentales: “los usuarios/suscriptores nos van a sostener” y “aprovechamos los vacíos legales y regulatorios para sacar grandes ganancias en poco tiempo”. Pero poco a poco han tenido que cambiar sus propios paradigmas y acomodarse con lógicas de empresas tradicionales para sobrevivir.
Ahora que las tasas de interés en todo el mundo no paran de subir y subir, los inversores ya no están soltando esas cantidades de dinero a los unicornios tecnológicos. Y la tendencia de austeridad, que raya en la recesión, se mantendrá en todo 2023, las compañías disruptivas están volviéndose duramente conservadoras. Lo que antes era un imposible, ahora es posible. La tendencia de Netflix se repetirá dolorosamente en otras industrias.
Que Netflix haya incluido publicidad para llegar a más usuarios es como si Uber haga inversiones para comprar carros. O que Airbnb comience a invertir en bienes raíces. En otras palabras, que la disrupción se convierta en tradición. Y como viene la mano con la recesión en 2023, no se les haga extraño que los unicornios pierdan sus alas y se vuelvan más tradicionales y aburridos.
*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.