Anna-Sophie Hartvigsen tiene 27 años y es de Dinamarca. Viene de un entorno donde poco se habla de dinero y “nunca conocí a alguien que trabajara en el mundo de los negocios”, dice. Durante su adolescencia empezó a invertir. Al mismo tiempo, Camilla Falkenberg y Emma Due Bitz vivieron una situación similar. Sin embargo, vieron pocas oportunidades para educarse sobre inversiones y ahorro.
Hartvigsen conoció a Falkenberg y Due Bitz en la Escuela de Negocios de Copenhague y comenzamos a hablar sobre esta inquietud. En 2019 decidir empezar club de lectura para ir formándose en esta materia“nos juntábamos diez-veinte mujeres a tomar vino y hablar de inversiones, y ahí necesitábamos empezar Female Invest, con la misión de cerrar la brecha de género en finanzas”, recuerda Anna.
vino y perdida
Comenzaron a cerrar alianzas con empresas, aunque no tenían experiencia, capital ni redes. Al principio se basaban en eventos, organizaban cursos. Hasta que llegó el Covid-19, “Todo nuestro negocio se borró de la noche a la mañana”, cuenta Anna. Perdieron a todos sus clientes. “Llegamos a un punto en el que no podíamos pagar el arriendo de la oficina al mes siguiente”, recuerdan.
Fue entonces que decidi lanzar su plataforma online. Invirtieron los pocos dólares que les quedaron en marketing y parteron creando contenido digital. Poco a poco consiguió escalar. “Hoy es una plataforma en línea que funciona con modelos de suscripción, por US$ 13 al mes accede a contenido, clases magistrales, seminarios web, noticias y una comunidad dónde todos pueden hablar”, explica Anna-Sophie. Y agrega: “somos una edtech”.
Las copas de vino por fin agarraron vuelo y se dispararon en un negocio. Hoy tienen suscriptores en 82 países, 30 empleados y han levantado US$ 7 millones de capital, “lo que pensamos que sería solo un proyecto personal terminó siendo una misión global para cambiar el mundo”, dice la fundadora, que junto a sus sociedades fueron elegidos como líderes sub 30 por la revista Forbes y seleccionados por Y Combinator el 2021. Además, ganaron el Cartier Women’s Initiative.
Mujeres y dinero, estereotipos que derribar
No tienen una tesis de inversión. “No le décimos a la gente en qué invertir. En cambio, les damos las herramientas para que tomen esas decisiones por si mismas. Y lo que educamos es siempre una inversión a largo plazo y es, ya sabes, diversificar tu riesgo y luego enseñar a la gente a elegir dentro de ese marco” recalca Anna.
Lo que si ofrecen es educacion financiera; relata que este año, con las tasas subiendo, la inflación por las nubes y los mercados en el suelo, “le décimos a nuestras suscriptoras que deben ser pacientes y tomar decisiones racionales. En cuanto a finanzas personales, hablamos mucho sobre lo que significa para ellas el aumento de las tasas de interés, de la inflación, lo que pueden para reducirlo y simplemente optimizar sus finanzas personales y su presupuesto para superar esta crisis lo mejor posible”.
“A las mujeres se les aconseja ahorrar, a los hombres invertir”
Según sus cifras, un 2% del capital de riesgo se va a mujeres fundadoras y solo el 9% de los partners de fondos de venture capital son de su género, exponen Hartvigsen. Además, las mujeres invierten menos que los hombres. Y esto -afirma- es algo que empieza desde que son niñas. “Hay muchos estereotipos en torno a las mujeres y el dinero. Los estudios demuestran que las chicas jóvenes reciben menos mesada que los hombres. Nos pagan menos durante los estudios, también cuando salimos al mundo laboral ganamos menos”.
Sobre este punto, insiste: “los estudios también muestran que a las mujeres se les aconseja ahorrar, mientras que a los hombres se les aconseja invertir. Así que nunca nos encontramos con alguien que nos enseñe sobre el dinero. Y eso nos lleva al segundo problema, que es la falta de modelos de conducta. No hay muchos modelos femeninos en el mundo de las finanzas. La manera de cambiar esto es crear conciencia, comunidad y modelos de conducta, y luego empoderar a las mujeres con la educación para que se sientan seguras de tomar estas decisiones por sí mismas”.
El primer consejo que le dan a sus clientas es que den el salto, sostienen en Female Invest. “La mejor manera de adquirir confianza es probar. Y siempre puedes empezar con una pequeña cantidad de dinero. No tiene que ser nada grande. En cuanto hagas tu primera inversión, verás que no perderás todo tu dinero. Y luego, siempre décimos que si no sabes en qué invertir, puedes empezar invirtiendo en un fondo que cubra el mercado mundial, porque así no bajas a menos que todo el mundo lo haga. Y eso no es muy realista, al menos a largo plazo”.
Un libro y una fintech
Mientras Hartvigsen prepara sus maletas para abrir la oficina en Londres, acaban de lanzar el libro Las chicas solo quieren tener fondos. Éste da consejos de inversión personal, y está dividido en cinco capítulos. El primero, explica por qué el dinero es igual a libertad e independencia, el siguiente habla sobre las finanzas personales, fijación de objetivos, préstamos, pago de deudas, etc. Los que siguen, están enfocados en cómo y dónde invertir para lograr impacto y mantener una cartera balanceada.
Actualmente, el equipo está desarrollando una fintech enfocada en mujeres. El plan es hacer el recorrido completo, dice la fundadora: “Enseñarle al ejército de mujeres a invertir y luego darles un espacio”. Y el año lanzarán una plataforma de trading próxima “hecha por mujeres para mujeres”.