Somos una sociedad de soñadores. Durante los primeros años de vida ya dibujamos en nuestros mentes qué esperamos de nuestro futuro: algunos fantasearán con una casa con jardín, otros con estudiar en las mejores universidades y para otros el gran anhelo será formar una familia numerosa o tener un negocio propio.
Pese a pensar, irremediablemente, en cómo queremos que sea nuestro mañana, pocos son los que toman decisiones concretas que afectan a largo plazo y le acerquen a sus objetivos. Y sí, hablamos de estrategias financieras, porque, queramos o no, el dinero será parte indispensable a la hora de hacer realidad esos sueños.
Lo que decidamos en cada etapa de nuestra vida marcará lo que suceda años más tarde. Esa interrelación entre las distintas etapas vitales, tanto personales como laborales, y su impacto económico es lo que llamamos Ciclo Financiero de la Vida. Por ello, se trata de buscar un buen futuro tomando las mejores decisiones desde el presente.
Los expertos en economía y finanzas lo tienen cierto: lo mejor es empezar a ahorrar cuanto antes (aunque creamos que es poca cantidad) y dejarse asesorar. Este acompañamiento, además, ayudará a que las decisiones sobre nuestras inversiones sean las más acertadas.
Se recomienda empezar a ahorrar cuanto antes, aunque la cantidad no se muy elevada, y dejarse aconsejar por asesores financieros profesionales
Las mejores decisiones en este terreno —como en la mayoría- — se toman en momentos de calma. Y, precisamente, tranquilidad es lo que proporciona el acompañamiento de un asesor financiero que nos ayuda a estar preparado. ¿Ejemplos? La figura de los Family Bankers de Banco Mediolanum, quienes ayudan a planificar las metas de sus clientes con previsión. Se trata de diseñar las mejores soluciones para cada persona y situación.
Primera etapa: hora de preparar el terreno
Contrariamente a la sabiduría popular, los jóvenes viven muy preocupados por su presente, pero siempre con miras al futuro. Es por ello que entre sus inquietudes aparecen repetidamente temas como la vivienda, la jubilación, la emancipación o los estudios. De todas maneras, el problema radica en que sí, piensa en todo ello, pero no toman decisiones al respecto.
Dicen los expertos que antes de los 35 años, es el mejor momento para que las dudas y preocupaciones reales se alineen con el tiempo. Si algo tienen los jóvenes es tiempo, así que su deber es saber aprovecharlo. Tienen todavía muchos años por delante para luchar por sus sueños y actuar en consecuencia. Comprar una casa o viajar por todo el mundo pueden ser metas alcanzables si, durante la juventud, se planifican: lo ideal es hacerlo acompañado de un asesor financiero.
Comprar una casa, viajar por todo el mundo o abrir un negocio propio pueden ser metas alcanzables si, durante la juventud, se planifican
Segunda etapa: hora de caminar hacia el mejor futuro
Una vez abandonada la juventud, la edad adulta trae consigo nuevas preocupaciones. Esta nueva etapa se colma, sin casi percibirlo, de compromisos y responsabilidades que hacen que los momentos de reflexión y planificación queden olvidados en un cajón. Cuidar de la educación y futuro de los hijos nos parece más urgente que planificar nuestra retirada.
Pero a su vez, vemos acercarse de reojo el momento de la jubilación. Su sombra preocupa a los adultos, genera incertidumbre, pero no lo suficiente como para prepararla al máximo. Eso dicen las cifras. Tan solo un 26% de las personas entre 39 y 50 años ahorra para esa etapa, según el barómetro del Ahorro de Inverco.
Solamente un 26% de las personas entre 39 y 50 años ahorra con vistas a la futura jubilación
La clave está, de nuevo, en dejarse acompañar de la mejor manera. ¿Por qué no adelantarnos al futuro? Soñar con un retiro dorado es lo habitual. Descansar, tener tiempo para uno mismo, recuperar aficiones… Para acercarnos a esas metas, lo ideal es ir fabricando nuestro propio colchón gracias a una buena estrategia financiera que está bien definida por profesionales. Es el momento de mirar a medio plazo y seguro un futuro cómodo.
Tercera etapa: hora de disfrutar
Como recuerda el corto “Te lo digo a mí” de Banco Mediolanum, “el presente es el resultado de las decisiones que tomamos en el pasado”. Y si ha sido una persona previsora y no ha malgastado en exceso, seguro que tu futuro tendrá mucho que agradecerte. Dirás adiós a tu trabajo y, como media, cobrarás cerca de 1.200 euros de pensión.
Llegar a la jubilación con un colchón que asegure el bienestar y la calidad de vida que habíamos imaginado es muy tranquilizador
En el momento de una retirada, la pensión resultará insuficiente para muchos. Algunas personas mayores deben sustentar, de nuevo, a los miembros de su familia y otras preocupaciones por temas de salud. O sencillamente, han escogido que tras una larga vida de sospechas ha llegado el momento de vivir aventuras.
Por todo esto, los expertos hacen tanto hincapié en el ahorro desde las primeras etapas del Ciclo Financiero. Llegar a la jubilación con un buen sustento que asegure el bienestar y la calidad de vida que habíamos imaginado es como poco tranquilizador. Y si, se puede. Con una planificación bien hecha en las etapas anteriores de la vida, ¡ahora es el momento de recoger los frutos del esfuerzo!